El pasado jueves 31 de Enero se celebró la III Velada de Lucha Literaria Poesia.Tv, por primera vez en el Aleatorio Bar de Madrid. En la publicación de hoy nos vamos a centrar en la segunda semifinal. Un combate protagonizado por José Olmedo y Caballito Blanco.
José Olmedo venía a La Lucha después de jugarse el título hasta el último momento en el último Poetry Slam Madrid de la pasada temporada, celebrado 4 semanas antes, el 3 de Enero para ser concretos. No pudo ser. Y eso que fue el único slammer que consiguió dos victorias y ser finalista en dos ocasiones más durante toda la temporada. Sin duda alguna, su derrota más importante hasta el momento. A parte de las dos victorias en Madrid, hay que añadir dos más, en Lavapiés y Cantabria.
En cuanto a Caballito Blanco, qué deciros, tiene una larga trayectoria como slammer. Desde que debutase en Octubre de 2014 en Poetry Slam Madrid llegando a la final, acumula alrededor de 30 participaciones en el circuito madrileño. Ha ganado un Poetry Slam Lavapiés y un Poetry Slam Especial Móstoles. También fue Finalista de los Slams Especiales de “El día del Libro” y “Halloween” en 2017.
Como podemos ver, el Combate Estrella de la Noche si tenemos en cuenta los logros poéticos de cada uno de los luchadores en el Universo Slam.
Como coordinador muy contento de conseguir presenciar un duelo poético entre dos de mis slammers favoritos del circuito madrileño.
Sin más preámbulos… ¡Que empiece la Lucha!
Fotos de Carlos Aliaño
III VELADA DE LUCHA LITERARIA POESIA.TV
SEGUNDA SEMIFINAL
José Olmedo Vs Caballito Blanco
PRIMER ROUND
Jorge Mayoral, maestro de ceremonías, mandaba a los luchadores que jugasen a piedra, papel o tijeras. De esta forma echarían a suertes quien iba a recitar primero. Olmedo ganó la partida y valientemente eligió ser el primero en recitar.
De esta forma el poeta luchador se dispuso a recitar por primera vez en nuestro torneo. Y lo hizo leyendo un poema en el que nos cuenta todo lo que sintió y hizo movido por la ira al enterarse que su hermano pequeño había sufrido una agresión física por parte de unos chicos. Parece ser que José terminó con la mano rota después de vengarle. Y aunque todos sabemos que responder a la violencia con más violencia no es el mejor camino ni la mejor opción, a veces, cuando hacen daño a lo que más quieres, podemos llegar a perder los papeles y volvernos muy locos y hacer cualquier cosa. Y los poetas no íbamos a ser la excepción. ¡José Olmedo decidió empezar La Lucha con violencia extrema!
Era el turno de Caballito Blanco, Guille nos recitó de memoria un poema en que nos advierte con énfasis que el tiempo se nos va. Tremendo el poema pero más si cabe la forma de recitar de Caballito. Micro en mano y gesticulando en todo momento, moviendo sus manos al son de sus versos, alzando la voz, modulándola, en definitiva, dándolo todo y con una ejecución que rozó la perfección. ¡BOOM! BOOOOMM! ¡BOOM! Estamos ante una de las mejores versiones de Caballito que como podemos ver había salido a luchar con muchas ganas. ¡Tremendo Caballito!
Con este poema ganó la Final del Poetry Slam Lavapiés de Septiembre de 2018
José Olmedo (Negro) 2 – Caballito Blanco (Blanco) 7
El jurado lo tuvo claro. Caballito Blanco había sido mejor en el primer asalto y se ponía con ventaja dejando al poeta luchador contra las cuerdas y al borde del precipicio.
SEGUNDO ROUND
De nuevo echaron a suertes el orden para recitar. Esta vez ganó la partida Caballito y decidió ser el primero en recitar. ¡Qué nobles se mostraron los dos poetas! Caballito Blanco prefirió devolverle el gesto a su contrincante aunque eso pudiera darle cierto oxígeno al de Ceuta en este segundo asalto.
Caballito volvió a recitar de memoria y con gran destreza un poema al más estilo Dyso con un acentuado deje a rap, versos llenos de denuncias y reivindicaciones sociales. Y recurriendo al calambur, un juego de palabras que consiste en modificar el significado de una palabra o frase agrupando de distinta forma sus sílabas. Por ejemplo: «plata no es» y «plátano es». Mucho ingenio y mucha destreza por parte de Caballito. La ejecución esta vez no fue tan perfecta. De echo al día siguiente recitaría este poema en el Poetry Slam Lavapiés de Febrero y creo que lo hizo bastante mejor. Una apuesta muy arriesgada en un momento tan crucial del combate. Habría que esperar que nos tenía preparado Olmedo, que se disponía a recitar para intentar igualar las tornas y forzar un tercer asalto.
El poeta luchador se la jugó leyendo un poema dedicado especialmente a su generación. Una generación que le molesta mucho el humo y que no está loca sino un tanto aburrida de ser las marionetas o al menos formar parte de un sistema que una y otra vez machaca a las clases más vulnerables y alinea en su perverso juego a las demás. Pidió la colaboración del público, cada vez que el dijera «no estamos locos», teníamos que contestar ¡NO! y así lo hicimos y quedo bastante bien la cosa. Lo que no sabíamos todavía era si iba a ser suficiente para llevarse este segundo round.
Y ahí estaba Jorge Mayoral una vez más para sacarnos de dudas. El jurado estaba a punto de mostrar sus tarjetas y resultado fue:
José Olmedo (Negro) 7 – Caballito Blanco (Blanco) 2
¡MADRE MÍA! El poeta luchador de nuevo había vuelto a impactar con fuerza con sus versos la conciencia de los presentes y conseguía llevarse el round, y de qué forma, sacando el mismo número de tarjetas a favor que Caballito en el primer round. Quizá una ejecución algo dubitativa en algunas pasajes por parte de Caballito hizo que no se valorase el ingenio de sus versos, quizá el que Olmedo hiciera participe al público en su poema hizo que la balanza se inclinara esta vez a favor del de Ceuta que lograba así forzar un tercer y último asalto. De esta forma, Caballito perdía una oportunidad de oro para sentenciar el combate. Los dos luchadores se disponían a jugar la última partida de esta semifinal. Quien ganara el último asalto iba a ser el próximo aspirante al título. La vigente Campeona, Acoyani Guzmán, esperaba entre el público expectante quien iba a ser su próximo compañero de lucha. El combate estaba abierto y podía pasar cualquier cosa.
TERCER ROUND
Llegábamos así a otro de los momentos cumbres de esta III Velada de Lucha de Poesía. Jorge Mayoral mandaba a los luchadores que de nuevo echaran a suertes el orden de intervención. Esta vez ganó José Olmedo la partida, y con cierta guasa decidió que fuera Caballito esta vez el primero en recitar. El de Ceuta en el primer asalto decidió recitar primero él, y Caballito entonces recitando segundo le hizo mucho daño. Recuerden, Caballito le metió 7 tarjetas, vamos que le dio una buena coz. El de Ceuta decidió no dar oxigeno a su contrincante. Había conseguido darle en un momento la vuelta a la partida.
Y de esta forma Caballito se disponía a recitar después de que en el primer asalto hubiera conectado una buena izquierda y en el segundo hubiera recibido de lleno una buena derecha. Sin demasiado tiempo para reponerse y en un momento tan crucial para este combate, el muchacho le dio por recordar su infancia. Citó los versos de una canción de la infancia que curiosamente dice «Caballito Blanco llévame de aquí, llévame a mi pueblo donde yo nací». Nuestro amigo Guille empezó a galopar por el tiempo hasta una época que determina la vida de cada persona para siempre. Caballito Blanco nos iba a contar de qué forma y de qué modo empezó toda esta locura llamada vida para él.
Y como no, hoy tenía que volver a pasar. Antes de conocer a Caballito personalmente, sabía de su existencia gracias a las retransmisiones de Antonio Díez para Poetry Slam Madrid. Alguna vez vi tras la pantalla como Caballito Blanco se quedaba en blanco, es decir, que se le piraba el texto. Me llamó mucho la atención porque cuando le pasaba pues como siempre lo estaba haciendo muy bien, y claro, cuando se te pira el texto, te da rabia, y me molaba cómo lo expresaba, cómo se enfadaba consigo mismo. La primera vez que vi a Caballito Blanco en persona fue el pasado 27 de mayo de 2018 fue en el Versódromo celebrado en la Tabacalera en el cual él estaba como poeta invitado. Ese día se disputaría un poco más tarde el I Poetry Slam Lavapiés de la Historia en el cual yo iba a participar por primera vez en un gran Poetry Slam. Inexperto por aquel entonces en estos mundos poéticos, llegué con mucha antelación. Cuando entré en la galería central de La Tabacalera estaba Caballito recitando un poema, lo estaba haciendo muy bien, el pavo se daba la vuelta y todo, pero entonces pasó, hubo un momento que se le fue el texto y le costó seguir, y ahí estaba el bueno de Guille luchando para poder continuar, y como siempre lo consiguió. Aquel día ni tan siquiera le saludé.
Pues bien, como os iba diciendo, hoy no iba a ser menos, y pudimos ver como Caballito Blanco se quedaba por unos instantes en blanco. Había elegido un poema y no se acordaba como empezaba. La hecatombe se asomó por el Aleatorio en aquellos momentos. El tiempo empezó a correr cuando pronunció la primera palabra. Os confieso que sufrí. No me lo podía creer que el combate se fuera a decidir porque uno de los luchadores se pasara de tiempo. En el tercer asalto si te pasas un solo segundo quedas descalificado. Y Caballito iba consumiendo su tiempo sin haber empezado todavía a recitar el último poema en el último y definitivo asalto. 30 segundos y nada… Y es que los blancazos solo los sufren los poetas que salen a recitar sin papel.
¡¡Ay Caballito Blanco,
menos mal
que te acordaste al fin,
qué grande eres
recitando en el ring!!
Lucideces
Menos mal que el poema era cortito y le sobró bastante tiempo y todo al final y pudimos disfrutar de un poema que nos traslada a la vida cotidiana de un niño en su entorno. Hay momentos de nuestra infancia que quedaran grabados para siempre en nuestra memoria. Los versos de Caballito los va rescatando uno y a uno. El poeta se desnuda ante todos mostrándonos las calles de su pueblo y las maravillosas aventuras que finalmente acabaron bien, como aquella que tiene como principales protagonistas a esos gatitos que echaron un día al río para que se ahogasen. Quien lo hiciera, no contaba con que un grupo de niños iban a estar dispuestos a mojarse y lo que hiciera falta para salvar sus vidas de una muerte segura. ¡Bommmmba! ¡Booombazo ¡Tremendo Caballito! ¡Dejaba el listón más que alto, altísimo!
Era el turno de José Olmedo, Recitó leyendo un poema autobiográfico en el que tiene especial protagonismo sus padres, su hermano y especialmente su abuelo y una canción que le cantaba cuando era niño.
«Joselito, huevo frito,
tortilla de bacalao,
que tu novia no te quiere,
porque estás medio «chalao»
Recuerdos que despiertan profundos sentimientos en el poeta en su día a día particular, a medida que es cada vez más consciente del esfuerzo invertido por sus padres durante todo este tiempo. Un poema íntimo en el que no falta la denuncia a las condiciones de trabajo en algunos gremios como en el que trabajaba su abuelo. Uno de los mejores poemas de Olmedo, O al menos de los más míticos. Sobre todo por la canción, y sobre todo por ver a Olmedo cantarla poniendo “ojo pipa” y cara de “medio chalao”. ¡Grande Olmedo!
El poeta luchador se la jugó con un poema ganador. El mismo el que le diera la victoria el pasado mes de Noviembre en el Poetry Slam Madrid. Quizá su triunfo más importante hasta el momento si tenemos en cuenta que le valió para ser uno de los 4 slammers que llegaron con opciones de ser Campeón en el último slam de la temporada.
Me llama la atención como los dos luchadores buscaron sus recuerdos más remotos para intentar alzarse con la victoria. Una temática que introdujo Caballito Blanco al ser el primer en recitar. Y lo que no sabemos es si Olmedo eligió ese poema porque era el que tocaba, o si lo eligió adrede y tomó esa decisión al escuchar a su compañero. Estrategia que podría haber seguido también en el segundo asalto.
En el tercer asalto no hay tarjetas, la movida se resuelve a través de ruidómetro y Jorge Mayoral, nuestros luchadores y un servidor, estábamos preparados para conocer y aceptar el veredicto de todos los presentes. Era una pena. Habíamos presenciado el combate más emocionante de toda la velada y seguramente de toda nuestra corta historia. Los dos merecían pasar al final, pero solo había una plaza y estábamos a punto de conocer quien la iba a ocupar.
José Olmedo logra el pase a la Gran Final y ser convierte en aspirante al Título
La ovación más intensa y más sonara fue para José Olmedo que se clasificaba para el Combate por el Título ante la vigente Campeona en esos momentos, Acoyani Guzmán, que había logrado el Bastón de Mando tras ganar con rotundo 0-2 a la I Campeona de Lucha Literaria de Poesía, Montse Momblán.
Caballito se quedaba por tanto fuera de esa final. Me preguntó que hubiera pasado si en el segundo o tercer asalto hubiese recitado un «Programados», o «de niña a mujer» o ese poema que tiene del cine.
Bueno, no hay drama… seguro que le tengo que llamar de nuevo y tenga otra oportunidad en nuestro torneo…
Muchas gracias a José Olmedo y a Caballito por querer participar y por vuestra poesía.
Continuará…
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