Recital solidario: Poesía con alegría y sin fronteras (Apadrina una neurona)

“Somos la voz de las personas silenciadas, de los olvidados, de los diferentes. Somos su voz para que ellas al fin, puedan ser su propia voz”.

Con este conmovedor mensaje, el pasado 1 de diciembre “Apadrina una Neurona” (asociación que nació para mejorar la calidad de vida de Alex y ayudarle a afrontar su lesión cerebral), abrió en esta ocasión sus puertas para presentar su calendario solidario 2.019. Para ello, eligió un viaje lleno de emoción, solidaridad, gratitud, amor y superación personal a través de la poesía, así como mediante el testimonio de mujeres y hombres valientes que dieron a conocer sus proyectos y sus experiencias de vida, para crear conciencia y seguir siendo auténtica inspiración para derribar cualquier barrera.

 

Y bien, para hacer posible este emotivo evento, doce poetas: Patricia Sánchez, Montserrat Momblán, Lucideces, Abbey C, Paula Casales, Antonio Cuenca, Jorge Mayoral, Luv, Belén Ruiz, María Solá, Manolo S. Carbonell, Diwan y Carmen Nevado, se congregaron en el Centro Cultural Julián Marías de Getafe, para compartir sus versos y cambiar, aunque fuera solo por una tarde, las dificultades por poesía. Además, también contamos con la proyección de un vídeo sobre la ONG “Alegría sin Fronteras” en Gambo, Etiopía; conocimos otro proyecto que se está llevando a cabo en la India y que nos presentó Elena Madroñal; y por último, nos adentramos en el desconocido mundo del deporte adaptado y la fuerza imperiosa de estas personas que les empuja a superarse a sí mismas y ser paradigmas de cualquier historia: Raúl Vallinot y Christian Silva (deportistas adaptados) y Begoña Luis Pérez (entrenadora).

 

 

Montserrat Momblán y Patricia Sanchez

Montserrat Momblán (@montserratmomblan) fue quien dio comienzo al turno de la poesía. Para ello eligió un poema que perfectamente podría haber escrito para la ocasión, aunque en realidad no fue así. Este poema ya lo tenía escrito desde hace un tiempo inspirándose “en el nuevo mundo” que le ha tocado  vivir. Es un poema que habla llanamente sobre lo difícil que es convertirte y sentirte discapacitado, así como la admiración absoluta hacia todas estas personas.

Seguidamente, Montse volvió a recitar, pero ésta vez, junto a Patricia Sánchez. Leyeron un poema con el título “Morir o Vivir”; unos versos con acompañamiento musical que fusionaron bajo la perspectiva de la experiencia personal de cada una hacia el mundo de la discapacidad, intuyendo así entre sus líneas, un mundo extremadamente difícil, pero a la vez muy motivador.

Y para cerrar su intervención, Patricia Sánchez con el acompañamiento musical de Montse, cantó “Mi héroe” de Antonio Orozco, y que dedicaron a todas las personas que cada día luchan de forma incesante por seguir adelante.

 

Lucideces

El siguiente poeta que le tocó recitar fue Lucideces. Eligió como primer poema “En lo más profundo del averno”, un poema que dedicó a la anterior poeta y amiga suya, Montse, pensando que podría sentirse claramente identificada con su historia. Este poema, a pesar del macabro título que le viste, he de decir que en realidad, lo que hay detrás de él, es un maravilloso poema de amor, que solo se entiende como algo inmaterial y que está por encima de todo.

Su siguiente poema fue “Mi último poema de soltero”. Su introducción fue bastante divertida, ya que al haber recitado inmediatamente anterior “En lo más profundo de averno”, dio pie a bastantes risas por parte del público, imaginándose la posible conexión entre ambos poemas, pero en conclusión, nos volvió a sorprender hablando del verdadero amor.

Y para terminar, Lucideces se despidió con un poema llamado “Sueños”, invitándonos a sumergirnos en ellos y descubrir todos los secretos que pueden guardar.

 

Abbey C

El siguiente turno fue Abbey C. Una poeta llena de dulzura que utilizó su primer poema para enseñarnos como aprender a admirar a quiénes tenemos al lado, a superar barreras y límites, y sobre todo, a que también seamos nosotros los que merezcamos a otras personas.

El segundo poema que recitó fue “El niño que me regaló un atardecer”, un poema que escribió dedicado a su hermano y que nos deja un valioso mensaje sobre los verdaderos regalos que van mucho más allá de lo material.

Y por último, se despidió con “Tienes la poesía a tu nombre”, un poema muy original lleno de versos populares de diferentes autores célebres, que nos figura cómo la poesía la podemos encontrar en cualquier parte.

 

Paula Casales

Para continuar, se dio paso al turno de Paula Casales que recitó también tres poemas. Con el primero, nos adentró de lleno en el mundo de la fantasía; un mundo que parece ser que solo los niños son capaces de ver e imaginar, pero que también, nosotros como adultos, si escucháramos de vez en cuando a nuestro corazón, seríamos capaces de visualizarlo y disfrutar de él.

El segundo poema, fue un poema un poco más triste y bastante más real, con el que nos recuerda, como inevitablemente la vida nos lleva a la deriva y debemos de sacar todas nuestras fuerzas para seguir adelante.

Y para terminar, nos alegró y nos llenó de colores con un poema muy divertido escrito por su padre.

 

Antonio Cuenca

El siguiente turno fue para Antonio Cuenca. Para él, era la primera vez que “se subía a un escenario” en calidad de poeta, porque en realidad, cómo bien nos explicó, su trabajo está más definido a músico, pero, creo que lo único que le pudo diferenciar del resto de sus actuaciones, fue el haber silenciado por un momento su música, ya que igualmente y tan solo con su voz, llenó por completo toda la estancia. El poema que recitó, con una métrica y rima muy cuidada, fue “Los golpes que da la vida”, un poema inspirado en un partido de Ruggby al que asistió y que entre líneas tenía el mensaje perfecto para este evento.

Y para cerrar su intervención, interpretó una canción suya “Circus”, con un ritmo que hizo imposible no conectar con él y con la gran metáfora que velaba su canción.

 

Jorge Mayoral

Y  llegó el turno para Jorge, que aparte de haber colaborado como presentador de cada uno de los poetas en el evento, compartió también un poquito de su poesía.

Empezó con un poema muy cortito metaforeando su profesión con los problemas del día a día, nos recordaba que a veces, las cosas son más sencillas de lo que parecen.

El siguiente poema que eligió llamado “Problema” fue también en la misma línea. Ésta vez, fue un poema bastante más extenso, con el que nuestro poeta, después de tanta confusión y miedo, nos dejó claro que lo mejor es luchar por uno mismo.

Después vino “Autodestrucción/autoconstrucción”, un maravilloso juego de palabras con el que nos mantuvo expectantes hasta final del poema para descubrir su desenlace.

Y por último, se guardó para el final “Amanecer, Anochecer”; un poema con un mensaje ideal y acorde a los valores del evento (enfocado a la superación personal); “lo más importante es volverlo a intentar”.

 

Luv

El siguiente turno fue para Luv.  Un poeta con una dulzura y sensibilidad extraordinaria que nos enamoró a lo largo de los tres poemas que compartió con nosotros.

El primer poema que recitó fue “Egocentrismo”; un poema que nos emocionó plenamente, imaginando lo difícil que puede suponer para muchos niños hacerse mayores.

El siguiente tema que eligió, a través de su poema llamado “La dueña de mis ojos”, fue la lucha incesante y el amor incondicional de todas las madres.

Y por último, nos sorprendió con un poema jugando y dando protagonismo absoluto a toda clase de metáforas, para recordarnos que todo tiene sentido si no dejamos de luchar y de superarnos a nosotros mismos.

 

Belén Ruiz

La intervención de Belén, a pesar de que fue muy breve, en absoluto nos dejó indiferentes. Leyó un único poema dedicado a un amigo suyo. A través de sus escasas líneas, nos dio a conocer el síndrome de Asperger, un trastorno del desarrollo que afecta a la interacción social y que aparentemente solo tiene aspectos negativos, pero  ella, con tan solo tres minutos, nos mostró algo “muy diferente”.

 

Raúl Vallinot, Christian Silva y Begoña Luis Pérez

Creo que la poesía, no es solamente la que encontramos en forma de verso, sino en cualquier composición que a través de la palabra, resalte la belleza y haga que nos conmueva. Por eso creo, que lo que nos contó Raúl Vallinot, Christian Silva y Begoña Luis Pérez, a través de sus experiencias personales, fueron más que unos momentos de poesía. Mediante sus relatos, nos robaron el aliento y nos devolvieron las fuerzas, para poder enfrentarnos a las adversidades que tantas veces y de forma fortuita nos impone la vida.

El primero en compartir su experiencia fue Raúl, nos contó como cambió su vida por completo al perder su pierna en un accidente de tráfico al impacto contra un guardarraíl, cómo en su desgarro consiguió levantarse y luchar para volver a vivir y cómo el deporte adaptado jugó un papel fundamental en su recuperación y superación personal. Su testimonio, realmente nos dejó helados, sobre todo, por la entereza y templanza al relatar unos hechos tan dolorosos y tan recientes, demostrando así, y no solo con palabras, que de verdad “se puede”.

 

María Solá y Sandra Sabater

Y llegó la última ronda para la poesía. Ésta vez fue el turno para María Solá, que eligió su poema “Tengo” con el acompañamiento musical de Sandra Sabater. Este poema “Tengo” vino con un ritmo movidito para mostrarnos, muy sutilmente, que cada uno tenemos un mapa con las herramientas necesarias para superarnos, simplemente hay que saber encontrarlas.

El siguiente poema que recitó fue “Si las madres se rinden”. Un poema que interpretó con tanta fuerza, que fue imposible no dejarse arrastrar para sentir lo que cualquier madre, o incluso me atrevería a decir cualquier persona, debe sentir para ayudar y cuidar de los suyos.

El siguiente poema fue “Armada hasta los dientes”, un poema que recitó también con acompañamiento musical, para hacernos comprender que ser valientes y creer en nosotros mismos, será lo que haga romper nuestros miedos y poder crecer en todos los sentidos.

Y para terminar, rememoró los versos del poema “No te rindas” atribuido a Mario Benedetti; un poema inspirador para la motivación y superación personal que tanto encajaba con el mensaje de este evento.

 

Manolo S. Carbonell

El siguiente poeta en recitar fue Manolo S. Carbonell. El primer poema que eligió fue sobre la infancia. Nos trasladó por unos minutos y con un tono muy nostálgico hacia esos años tan inocentes en los que todavía somos niños. Nos habló sobre los cambios a lo largo de los años y de una felicidad efímera, que muy probablemente para nuestro poeta, se le quedó secuestrada en esos años de la infancia del que nos hablaba.

Y el otro poema que nos recitó, nos llevó de lleno a sentir el desgarro de nuestros sentimientos cuando los llevamos al límite. Un poema lleno de emoción, tanto en cada una de las palabras que contenía, como en la forma que tuvo Manolo de transmitírnoslo.

 

Carmen Nevado y Diwan

El siguiente turno y casi a punto de terminar el evento fue para Carmen Nevado junto con el acompañamiento musical de Diwan. Recitaron un único poema que se nos hizo muy corto, pero como dicen, si lo breve es bueno, dos veces bueno. Fue un poema precioso lleno de emoción y fuerza para “no rendirse jamás”.

 

Montserrat Momblán

Y para terminar el evento, Montse recitó un último poema. Elijó ésta vez, “Historia de una pierna”, un poema con una crítica social que condena las lesiones que puedes llegar a sufrir en un accidente de tráfico al impactar contra un guardarraíl, como dato adicional, añadiré que según un artículo de Wikipedia, aproximadamente el 15% de las muertes y el 60% de las lesiones producidas en accidente de moto han sido provocadas por los guardarraíles. Creo que Montse no tuvo mejor ocasión para recitar este poema y así complementarlo al relato que Raúl (su pareja), minutos antes había compartido con todos nosotros.

 

 

Y eso fue todo, agradecemos a Apadrina una neurona por habernos dado la oportunidad de ayudarles con su causa, también al resto de asociaciones y personas que asistieron, así como a los artistas, y al Centro Cultural Julián Marías de Getafe por darnos cobijo.

Nos veremos pronto, lectores.

 

Montserrat Momblán (@montserratmomblan)

 

 

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